lunes, 7 de septiembre de 2009

Astrología e Investigación

Por Carlos Jaime Ramírez Pérez , Colombia


Aquella disciplina que se cree poseedora de todo el conocimiento, se encamina irreductiblemente a su muerte. Para que un saber se fortalezca debe reconocerse, siempre, recorriendo el camino del aprendizaje. Otra cosa muy distinta es la acción de quien se apropia de un aprestamiento; esta persona, sin importar su nivel (aprendiz, técnico o profesional), solo debe demostrar su pericia en el manejo de su arte, entendida como “virtud, disposición y habilidad para hacer alguna cosa”, caso en el cual el reto es, simplemente, manejar y perfeccionar el oficio.

Las disciplinas, en el tiempo, han ido construyendo sus paradigmas a través del afinamiento de teorías y métodos con los cuales someten su saber a un permanente escrudiñamiento y cuestionamiento como mecanismo de perfeccionamiento y convalidación de lo conocido y en la búsqueda de lo desconocido. Este proceso se conoce con el nombre de investigación y se entiende como “realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia”.

Pero los mismos procesos de investigación han ido variando hasta determinarse que no se trata simplemente de buscar la verdad sino, principalmente de desterrar el error de los conceptos que hemos reconocido como válidos y para ello es fundamental plantearnos las preguntas correctas para permitirnos encontrar las respuestas adecuadas. Esto ha llevado al investigador a reconocer que no se trata de demostrar los hechos a través de la repetición de las observaciones y las experiencias, ya que esto solo conduce al buscador a elegir solo las observaciones favorables a sus teorías. Con esto se ha caído en cuenta que hay que invertir el proceso: una teoría solo es correcta hasta tanto no se logre encontrar aquello que demuestre su inconsistencia y en esto consiste la búsqueda.

La Astrología es ante todo una disciplina y una de las que tienen que ver con el ser humano, por tanto su centro gravitatorio se desenvuelve alrededor de los principios éticos; por el compromiso que ha de asumir con el otro. Esto lo obliga más que a ninguna, para alejar el error de su seno y es esto mismo lo que le exige no estar ajena a la dinámica de investigación, en los términos planteados arriba.

La Astrología presenta hoy una cierta rigidez conceptual lo que nos hace pensar que ella ha logrado  quizás, acomodarse en el mullido sillón de la inercia que le lleva a creer que ya lo tiene todo.

Cuando esto le sucede a una disciplina, el sistema sobre el cual descansa “se convierte en dominante, se vuelve insensible a la experiencia y predomina la coherencia sobre el acuerdo lógico—empírico, es decir la racionalización sobre la racionalidad. Se vuelve rígido en las relaciones conceptuales no admite crítica y transforma teoría en doctrina; bajo estas formas su construcción teórica se convierte en ideología degradada y dogmática”.

Reconocerse en esta situación es un deber y comenzar el cambio requerido para salir de esta inaceptable condición, debe ser un compromiso. El reto de hoy radica en recuperar, a partir de una responsabilidad, con la investigación astrológica, el espacio que nuestra disciplina fue perdiendo desde el Siglo XVI hasta nuestros días. Aquel status que se le reconocía en al-Azhar, en la Toledo de Alfonso X, “El Sabio”, o en Salamanca, en Cambridge o en Oxford, en Bolonia o en Viena; recuperar en definitiva su posición como saber fundamental en la sociedad.

Carlos Jaime Ramírez Pérez
Colombia
carlos_jaime05@yahoo.com

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